Maxwell Alejandro Frost, una nueva generación toma las riendas/ Maxwell Alejandro Frost, A New Generation Takes The Reins

English Follows

Vamos a cerrar la celebración del mes del Black History con broche de oro,  exaltando la labor de un joven de la comunidad Afrolatina de Florida que viene dispuesto a darle un vuelco a la política y dejar en claro que su generación ha llegado para quedarse.

Frost es el miembro más joven del congreso, con tan solo 26 años, y el primero de la generación Z en asumir la responsabilidad de legislar para el país. Hijo de una madre puertorriqueña y un padre haitiano, Frost vivió en condiciones de extrema pobreza, al punto que sus padres decidieron darlo en adopción al carecer de los más mínimos recursos. Así la vida le regaló una madre adoptiva cubana, inmigrante y maestra de educación especial, y un padre veterano de la fuerza aérea, amante de la música y criado con amor y valores. 

Estudió en la Escuela de Artes en el condado de Osceola en Kissimmee, Florida, donde integraba un grupo de salsa llamado “Seguro que sí”. Frost es músico, toca los timbales y dirigió al grupo que participó en el segundo desfile inaugural del presidente Obama.

Un trágico evento como el tiroteo de la escuela Sandy Hook, ocurrido en Connecticut en diciembre de 2012, afectó a toda la nación y produjo un impacto tan grande en la vida de Maxwell Alejandro Frost, que tomó la decisión de actuar en vez de lamentarse. 

Se volvió activista contra las armas de fuego, participando en diversas protestas en varias partes del país, y trabajó como voluntario durante la administración del presidente Barack Obama.

En 2018, fue gerente de campo de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) de Florida, donde dirigió la campaña Amendment 4 (Enmienda 4) que restauró el derecho al voto de los expresidiarios en Florida.

Fue elegido director nacional de la organización March for Our Lives (Marcha por nuestras vidas) en 2018, un grupo creado a raíz de la tragedia en la escuela Parkland en Florida, que abogaba a favor de la regulación de las armas de fuego. Comprometido con esa causa participó todos los años en la vigilia por las víctimas de la violencia armada.

En las elecciones de 2022, fue electo a la Cámara de Representantes por el 10º distrito congresional del estado de Florida, contando con el apoyo de numerosas figuras del partido demócrata como Jesse Jackson, Bernie Sanders, Elizabeth Warren y la activista de los Derechos civiles Dolores Huerta.

Frost admite que está ansioso por trabajar en el tema que lo trajo a Washington: abordar la violencia armada y el control de las armas. Quiere que el Congreso invierta en programas para involucrar a los jóvenes en la música, las artes y los deportes, para ayudarlos a orientar sus vidas, encontrar una vocación, un propósito que evite que se metan en problemas.  

“Lo que aprendí en March for Our Lives es que cuando invertimos en la gente joven, en primer lugar, ayudamos a terminar con la violencia armada mucho más rápido y de una manera más efectiva porque está basada en la comunidad”, dijo Frost, refiriéndose a los jóvenes. 

También afirma que aprendió a pensar rápido. Como director nacional de March for Our Lives se involucró en presionar a los legisladores del estado de Virginia para que aprobaran nuevas leyes de seguridad relativa a las armas. Recibió amenazas de muerte mientras los manifestantes empuñaban rifles de asalto y se preparaban para bloquear la entrada al Capitolio en Richmond.

Cambió de táctica, en lugar de realizar una manifestación como estaba planeada, Frost y sus compañeros organizadores encontraron legisladores simpatizantes que los dejaron dormir dentro de sus oficinas para que ya estuvieran dentro del edificio a la mañana siguiente.

Desde su elección, Frost ha estado solicitando asesoramiento de mucha gente: de amigos y de sus nuevos compañeros quienes le aconsejaron que se mantuviera enfocado en las personas que lo eligieron. “Como líder de mi comunidad”, dijo Frost, constantemente se pregunta: “¿Cómo voy a generar fuerza para 2024 y para las batallas futuras?”.

Para hacer esto, Frost quiere aplicar algunas de las lecciones que aprendió como activista, lo que él llama "cerrar la brecha entre la genialidad y la conciencia".

No solo se trata de realizar protestas y registrar a los jóvenes para votar, sino atraer a artistas, líderes culturales y otras personas influyentes para hacer que el compromiso político sea atractivo para una multitud más joven. Es el tipo de estrategia que es más fácil de lograr cuando eres un baterista de jazz de 25 años obsesionado con la música.

“Creo que nuestro partido no debería tener miedo de hablar sobre cambios audaces y transformadores, cosas que quizás no consigamos mañana”, dijo Frost. “Es por lo que estamos luchando. Es el mundo en el que creemos. Porque creo que especialmente los jóvenes quieren una razón por la que merece la pena votar”.

Jóvenes como Maxwell Alejandro Frost son quienes, con sus acciones valientes, delinearán este siglo y por eso en el Sierra Club tenemos el gusto de darle impulso a estas ideas frescas que inspiran a muchos más.

English

We are going to close the celebration of Black History month with a flourish, extolling the work of a young man from the Afro-Latino community in Florida who is willing to turn politics around and make it clear that his generation is here to stay.

Frost is the youngest member of Congress, at just 26 years old, and the first of Generation Z to take on the responsibility of legislating for the country. The son of a Puerto Rican mother and a Haitian father, Frost lived in conditions of extreme poverty, to the point that his parents decided to give him up for adoption because they lacked the slightest resources. This is how life gave him a Cuban adoptive mother, who’s an immigrant and special education teacher, and an Air Force veteran father, who’s a music lover, both of whom raised him with love and values.

He studied at the Osceola County School of the Arts in Kissimmee, Florida, where he was a member of a salsa group called “Seguro que sí”. Frost is a musician, plays the timpani, and led the group that participated in President Obama's second inaugural parade.

A tragic event like the Sandy Hook school shooting in Connecticut in December 2012 affected the entire nation and had such an impact on the life of Maxwell Alejandro Frost that he made the decision to act rather than grieve.

He became an anti-gun activist, participating in various protests in various parts of the country, and volunteering for the administration of President Barack Obama.

In 2018, he was a field manager for the American Civil Liberties Union (ACLU) of Florida, where he led the Amendment 4 campaign that restored the right to vote for ex-convicts in Florida.

He was elected national director of the March for Our Lives in 2018, a group created in the aftermath of the Parkland school tragedy in Florida that advocated for gun regulation. Committed to this cause, he participated every year in the vigil for the victims of armed violence.

In the 2022 elections, he was elected to the House of Representatives for the 10th congressional district of the state of Florida, with the support of numerous figures from the Democratic party such as Jesse Jackson, Bernie Sanders, Elizabeth Warren and the rights activist civilians Dolores Huerta

Frost admits that he is looking forward to working on the issue that brought him to Washington: addressing gun violence and gun control. He wants Congress to invest in programs to engage young people in music, arts and sports, to help them direct their lives, find a calling, a purpose that will keep them out of trouble.

“What I learned at the March for Our Lives is that when we invest in young people first, we help end gun violence much faster and more effectively because it's community-based,” said Frost, referring to the youth.

He also claims that he learned to think fast. As national director of the March for Our Lives, he became involved in lobbying Virginia state legislators to pass new gun safety laws. He received death threats as protesters brandishing assault rifles prepared to block the entrance to the Capitol in Richmond.

Changing tactics, instead of holding a rally as planned, Frost and his fellow organizers found sympathetic legislators who let them sleep inside their offices so they would already be inside the building the next morning.

Since his election, Frost has been seeking advice from many people; from friends, from his new colleagues who advised him to stay focused on the people who chose him. “As the leader of my community,” Frost said, he constantly asks himself, “How am I going to generate power for 2024 and for the battles to come?”

To do this, Frost wants to apply some of the lessons he's learned as an activist, what he calls "bridging the gap between genius and conscientiousness."

It's not just about holding protests and registering young people to vote, but attracting artists, cultural leaders and other influencers to make political engagement appealing to a younger crowd. It's the kind of strategy that's easiest to pull off when you're a music-obsessed 25-year-old jazz drummer.

“I think our party shouldn't be afraid to talk about bold, transformative changes, things we may not get tomorrow,” Frost said. “It is what we are fighting for. It is the world we believe in. Because I think especially young people want a reason worth voting for."

Young people like Maxwell Alejandro Frost are the ones who, with their courageous actions, will shape this century and that is why at the Sierra Club we are pleased to give impetus to these fresh ideas that inspire many more