Los derechos de agua de la Nación Navajo sobre el río Colorado Dividen a la Corte Suprema/ Navajo Nation’s Water Rights On Colorado River Divide Supreme Court

Adaptado al español por Fabián Capecchi sobre el artículo original de Dewyn Dyer publicado en ABC News.

##English

La Corte Suprema de EE. UU. parecía estar dividida sobre si permitir que la Nación Navajo demande al gobierno federal para que ayude a expandir el acceso al agua de su reserva, en un momento en que el preciado líquido escasea en el oeste de los Estados Unidos.

Después de los argumentos orales que se extendieron por casi dos horas, parecía haber al menos cinco jueces a favor de permitir que la tribu presentara un reclamo, pero no hubo un consenso claro sobre el alcance del deber del gobierno de suministrar el agua que buscan los Navajos.

La reserva de la tribu, que abarca 16 millones de acres en Arizona, Nuevo México y Utah, es la más grande del país. Uno de cada tres hogares carece de agua corriente, dice la Nación.

En un tratado de 1868, EE. UU. acordó proporcionar a los Navajo, que habían sido expulsados de sus tierras nativas, un nuevo "hogar permanente".

La tribu afirma que el acuerdo requiere implícitamente que el gobierno evalúe las necesidades de agua y desarrolle un plan para satisfacer la agricultura y la vida; el gobierno niega que alguna vez haya acordado suministrar explícitamente a la reserva una cierta cantidad de agua.

El río Colorado, vital pero que tiene cada vez menos agua, está en el centro del debate junto con un enredo de acuerdos que distribuyen cuidadosamente su agua para servir a casi 40 millones de estadounidenses en todo el oeste.

Un tribunal del distrito federal se puso del lado del gobierno, negando el reclamo de la Nación Navajo y diciendo que no había identificado un "estatuto o reglamento específico, aplicable y generador de confianza que el gobierno haya violado". Un tribunal federal de apelaciones lo revocó, argumentando que la reserva no podría existir sin agua adecuada y, por lo tanto, estaba implícita la obligación de suministrarla.

Los jueces Neil Gorsuch, Ketanji Brown Jackson, Elena Kagan y Sonia Sotomayor parecían simpatizar con el caso de la tribu.

"Claramente, existe el deber de proporcionar algo de agua a esta tribu según el tratado, ¿verdad?" Gorsuch le preguntó al asistente de administración del fiscal general de los Estados Unidos, Frederick Liu. "¿Podría presentar una buena demanda por incumplimiento de contrato para alguien que me prometió un hogar permanente, el derecho a realizar agricultura y criar animales si fuese en tal caso en el desierto del Sahara?"

"No creo que pueda presentar una demanda por incumplimiento de contrato", respondió Liu. Gorsuch reaccionó con incredulidad.

"Los navajos aún podrían... perder más adelante en el litigio, ¿verdad?" Jackson subrayó, lo que implica que se inclina por al menos permitir que la demanda avance. “La decisión que estamos tomando en este momento no depende de si los navajos tienen razón o no acerca de que Estados Unidos ha incumplido su deber”.

El abogado Shay Dvoretzky, que representa a la tribu, insistió en que el gobierno tiene el "deber afirmativo de garantizar el acceso al agua" y que ha incumplido esa promesa por generaciones.

Liu dijo que el gobierno sigue moralmente comprometido a ayudar a los Navajo, y ha asignado miles de millones de dólares para mejoras de infraestructura en las reservas, pero que el tratado "no impone a los Estados Unidos el deber de construir tuberías, bombas o pozos para llevar agua".

Un abogado del caso argumentó que la Nación Navajo no debería haber podido presentar el reclamo en primer lugar, ya que la Corte Suprema ha afirmado jurisdicción exclusiva sobre disputas relacionadas con el río Colorado en una serie de decisiones y decretos durante décadas.

También argumentan que permitir que la tribu reclame derechos de agua ampliados sobre el río Colorado alteraría los acuerdos preexistentes y, en última instancia, significaría menos agua disponible para aquellas comunidades que han llegado a depender de ella.

El juez Samuel Alito parecía más preocupado por los posibles "impactos en el mundo real" del caso en los acuerdos de asignación de agua preexistentes.

"¿Crees que tienes derecho a sacar de esa fuente de agua la cantidad de agua que sea necesaria para cumplir con el estándar de una patria permanente y habitable, independientemente de las necesidades de otros que están extrayendo agua de la misma fuente de agua?", preguntó el juez Samuel Alito.

"La Nación tenía derechos de agua primero. Nosotros tenemos derechos prioritarios sobre el agua", respondió Dvoretsky.

El juez Clarence Thomas sugirió que los derechos de agua tribales podrían limitarse al agua preexistente, o agua subterránea, en la reserva, no de una fuente alternativa a cientos de millas de distancia. El juez Brett Kavanaugh se preguntó abiertamente si este debate no es algo que el Congreso deba resolver.

"No debería dejarse en manos del Congreso ahora porque el Congreso entonces [en 1868] acordó estos tratados", dijo Dvoretsky.Una coalición de asociaciones occidentales del agua y grupos de consumidores, en una presentación de amicus curiae, calificó el caso como "críticamente importante", advirtiendo a los jueces sobre su potencial para alterar la "estabilidad y previsibilidad" del proceso para determinar los derechos de agua.

Permitir que la tribu presente un reclamo, dicen los grupos, "amenaza con socavar la certeza de los derechos de agua no solo en la cuenca del río Colorado, sino también en otras regiones de los Estados Unidos con escasez de agua en general".

La jueza Amy Coney Barrett, cuyas preguntas se centraron en la capacidad de la tribu para defender sus derechos de agua en los tribunales, podría ser un voto decisivo.

Si bien las preguntas de Barrett indicaron cierta incomodidad potencial con el alcance del reclamo de la tribu, es decir, si el gobierno podría estar en juego por miles de millones en costosos gastos de infraestructura en la reserva, también indicaron la creencia de que la tribu debería tener la oportunidad de luchar por el agua en la corte.

"Me parece que los argumentos más sólidos presentados a nombre de los Navajo en el escrito tienen que ver con que usted incumplió el tratado, fueron promesas incumplidas, nos prometió un hogar permanente y no lo está [proporcionando]", dijo la jueza Barrett.

El problema del agua del río Colorado es solo uno de tantos de los que viene alertando el Sierra Club como consecuencia directa de la crisis climática. Las espantosas sequías, incendios, inundaciones repentinas y temperaturas cambiantes son las consecuencias que vienen sintiéndose con mayor fuerza en el centro y el oeste del país.

English

The US Supreme Court appeared to be divided on whether to allow the Navajo Nation to sue the federal government to help expand access to its reservoir's water at a time when the precious liquid is in short supply in America's thirsty West. 

After oral arguments that spanned nearly two hours, there appeared to be at least five justices in favor of allowing the tribe to bring a claim, but there was no clear consensus from the court on the extent of the government's duty to provide the water they seek.

The tribe's reservation, which spans 16 million acres in Arizona, New Mexico, and Utah, is the largest in the country. One in three homes lacks running water, says the Navajo Nation.

The 1868 US treaty agreed to provide the Navajo who had been driven from their native lands a new "permanent home."The tribe claims the agreement implicitly requires the government to assess the Navajo's water needs and develop a plan to meet them for agriculture and life; the government denies that it ever explicitly agreed to provide the reserve with a certain amount of water.

The vital but dwindling Colorado River is at the center of the debate, along with a maze of agreements that carefully allocate its water to serve nearly 40 million Americans across the West.

A federal district court sided with the government, denying the Navajo Nation's claim and saying it had failed to identify a "specific, applicable, confidence-building statute or regulation that the government violated." A federal appeals court reversed, arguing that the reservoir could not exist without adequate water and therefore an obligation to supply it was implicit.

Justices Neil Gorsuch, Ketanji Brown Jackson, Elena Kagan, and Sonia Sotomayor seemed sympathetic to the tribe's case.

"Clearly, there is a duty to provide this tribe with some water under the treaty, right?" Gorsuch asked Biden's Administrative Assistant to the United States Attorney General, Frederick Liu. "Could I file a good breach of contract lawsuit for someone who promised me a permanent home, the right to farm and raise animals, if it turns out to be the Sahara desert?"

"I don't think I can sue for breach of contract," Liu replied. Gorsuch reacted with disbelief.

"The Navajo could still ... lose later on in the litigation, right?" Jackson underscored, implying she is inclined to at least allow the suit to go forward. "The decision that we're making right now is not on the merits of whether or not the Navajo is correct about the United States having breached its duty."

Attorney Shay Dvoretzky, who represents the tribe, insisted that the government has an "affirmative duty to ensure access to water" and has broken that promise for generations.

Liu said the government remains morally committed to helping the Navajo, and has allocated billions of dollars for infrastructure improvements on reservations, but that the treaty "does not impose a duty on the United States to build pipelines, pumps or wells to carry water."

A tri-state attorney in the case (Arizona, Colorado, and Nevada) argued that the Navajo Nation should never have been able to bring the claim in the first place, as the Supreme Court has asserted exclusive jurisdiction over disputes involving the Colorado River in a series of decisions and decrees for decades.

They also argue that allowing the tribe to claim expanded water rights to Colorado would upset pre-existing agreements and ultimately mean less water available to those communities that have come to depend on it.

Justice Samuel Alito appeared most concerned about the potential "real-world impacts" of the case on preexisting water allocation agreements.

"Do you think you have the right to draw from that water source as much water as is necessary to meet the standard of a permanent and habitable homeland, regardless of the needs of others who are drawing from the same water source?" asked Judge Samuel Alito.

"The Nation had water rights first. We have priority water rights," Dvoretsky responded.

Judge Clarence Thomas suggested that tribal water rights could be limited to pre-existing water, or groundwater, on the reservation, not from an alternative source hundreds of miles away. Justice Brett Kavanaugh openly wondered if this debate is not something for Congress to resolve.

"It shouldn't be left to the Congress now because the Congress then [in 1868] agreed to these treaties," Dvoretsky said.

A coalition of Western water associations and consumer groups in a submission by a friend of the court called the case "critically important," warning judges about its potential to upset the "stability and predictability" of the process for determining water rights.

Allowing the tribe to file a claim, the groups say, "threatens to undermine the certainty of water rights not only in the Colorado River Basin, but also in other water-scarce regions of the United States more generally."

Justice Amy Coney Barrett, whose questions focused on the tribe's ability to defend its water rights in court, could be a swing vote.

While Barrett's questions signaled some potential unease with the scope of the tribe's claim -- i.e. whether the government could be on the line for billions in expensive infrastructure expenses on the reservation -- they also indicated belief that the tribe should be allowed a chance to fight for water in court.

"It seems to me that the strongest arguments made in favor of the Navajo in the Navajo brief are in the nature of your breaching the treaty, you were broken promises, you promised us a permanent home and you are not [providing] it," said Barrett.

The Colorado River water problem is just one of many that the Sierra Club has been warning about as a direct consequence of the climate crisis. Horrendous droughts, fires, flash floods, and changing temperatures are the consequences that have been felt most strongly in the center and west of the country.