El fascinante y desconocido mundo de los hongos/The Fascinating and Unknown World of Fungi

Durante mis caminatas por los bosques de Virginia me cruzo constantemente con muchos seres vivos: aves, insectos, venados, zorros y flores, pero los más sorprendentes sin duda son los hongos. 

Estos seres únicos están en todos lados, pero muy pocos lo notan pues la mayor parte (el micelio) está bajo la tierra y lo que vemos fuera son sus órganos sexuales, los cuales usan para dispersar sus esporas. Los hongos, no son ni vegetales ni animales, sino que tienen su propio reino, enorme y misterioso con casi 4 millones de especies, de las cuales solo se han logrado identificar una pequeña fracción. La mayoría son microscópicos como las levaduras y los hay gigantescos, de todos los colores, algunos comestibles y muchos no, debido a que son una fábrica de químicos llamados alcaloides que producen desde alucinaciones, problemas intestinales, hasta incluso la muerte. Están en el pan, en los quesos o el vinagre; en las medicinas e incluso en el cuerpo humano. Vamos a mostrarte algunos aspectos curiosos de estos interesantes seres con los que compartimos el mundo.

Hacen posible la reencarnación del mundo vegetal

Los hongos son criaturas humildes, que no alardean de su importancia, pero sin ellos la vida en el planeta sería imposible. Ellos son los encargados de descomponer la materia orgánica vegetal, es decir: hojas, raíces, troncos y ramas de árboles, separándolos en elementos químicos que van a conformar la tierra (el sustrato) para que nuevos árboles puedan crecer. Y recientemente se ha descubierto que algunos son capaces de limpiar los derrames de petróleo y otros descomponen ciertos plásticos.


Cola de pavo. Foto: Unsplash.com/Darovi Elizondo

Un gigalnte bajo la tierra

El organismo vivo más grande conocido es un hongo llamado la ‘seta de miel’ (Armillaria ostoyae) que vive en el Bosque Nacional de Malheur en el estado de Oregón, y se calcula que tiene más de 2.400 años y abarca una extensión de más de 900 hectáreas, es decir el tamaño de 1665 campos de fútbol.  


Agaria. Foto: Unsplash.com/Ed van Dujin

Comunicación de raíz a raíz

Los hongos y los árboles se comunican entre ellos a través de una extensa red de filamentos que llegan hasta las raíces en un sorprendente intercambio, en el cual los hongos les proporcionan nutrientes y la humedad necesaria a cambio de los azúcares que producen los árboles a través de la fotosíntesis. Algunos científicos se refieren a ella como la Wood Wide Web, un aforismo de la red informática mundial (World Wide Web). También el carbono que los árboles absorben de la atmósfera es retenido en el suelo gracias a los hongos. 


Moho sobre una naranja. Foto Unspash.com/Sandy Miller 

Fuera y dentro del cuerpo humano

Los hongos juegan un papel muy importante para los humanos, aunque a veces resultan molestos. ​​Están los fastidiosos, que viven en las partes húmedas de nuestra piel, pero también están aquellos que viven dentro de nuestros intestinos y que ayudan a descomponer los alimentos, en trabajo conjunto con otros microorganismos. También salvan vidas combatiendo infecciones y enfermedades, convertidos en antibióticos como la penicilina.


Pollo de los bosques. Foto: Unsplash.com/Clyde Davenberch

Comestibles y deliciosos

Los hongos son un invitado muy especial a nuestras mesas, pues son un alimento muy buscado tanto por su sabor como por su gran valor nutricional, y además son muy sanos. Sin embargo, no todos los hongos se pueden comer, por lo que es importante saber distinguir cuáles son comestibles y cuáles no para evitar accidentes con hongos venenosos. Los hay muy refinados como las trufas o el matsutake; otros muy sabrosos también que son cultivados como los champiñones, los shiitake, portobellos y setas. Pero también están los silvestres de sabores únicos, como pollo de los bosques, las ostras, los boletos, y los coloridos chantarel cuyo sabor recuerda a las almendras.


Hongo microscópico. Foto: Unsplash.com/Zoltan Tasi

Talento detrás del telón

Aunque no los veamos directamente, también son los responsables de un trabajo maravilloso durante la preparación de alimentos. Por ejemplo, habría que quitarse el sombrero ante la levadura, que transforma la harina en el delicioso pan que comemos a diario. Sin olvidar que la fermentación de los hongos en la leche, permite que esta se transforme en yogurt o en verdaderas obras de arte como son los quesos, algunos de ellos apestosos, pero deliciosos. Y sin olvidar que también convierten algo tan soso como la cebada en espumante cerveza.

En el Sierra Club entendemos que la naturaleza no es solo la que vemos, sino también la que no vemos que está presente en todo en nuestras vidas, por ello tenemos que aprender de ella, a conocerla y respetarla pues sin ella, ni siquiera nosotros podríamos sobrevivir.