Científicos crean una “superenzima” que come botellas de plástico seis veces más rápido

Adaptación al español por Fabián Capecchi del artículo original de Jack Guy publicado en CNN.com

No todo está perdido. Los científicos han creado una nueva "superenzima" que puede descomponer el plástico hasta seis veces más rápido. 

Un equipo de investigadores que previamente diseñó una enzima que se alimenta de plástico llamada PETase ahora la ha combinado con una segunda enzima para acelerar el proceso, según un comunicado de prensa de la Universidad de Portsmouth. 

La superenzima podría tener implicaciones importantes para el reciclaje de tereftalato de polietileno (PET), que es el termoplástico más común utilizado en botellas de bebidas de un solo uso, alfombras y ropa.

El PET tarda cientos de años en degradarse en el medio ambiente. El PETase puede descomponerlo en sus componentes básicos en unos pocos días. John McGeehan, coautor principal y director del Centro de Innovación de Enzimas de la Universidad de Portsmouth, le dijo a CNN que este último desarrollo representa un gran adelanto hacia el uso de enzimas para reciclar plástico y reducir la contaminación plástica.

"De hecho, nos sorprendió bastante que funcionara tan bien", dijo McGeehan, aunque subrayó que el proceso es "todavía demasiado lento" para ser comercialmente viable.

Le dijo a CNN que los investigadores han recibido fondos para continuar los experimentos y que los desarrollos exitosos podrían significar que el PET existente podría reciclarse en lugar de usar combustibles fósiles para crear nuevo plástico. "Estamos buscando grandes ahorros de energía", dijo McGeehan.

¿Como funciona?

La superenzima combina PETasa y MHETase. Una mezcla de los dos descompone el PET dos veces más rápido que la PETasa por sí sola, mientras que la conexión de las dos enzimas aumentó la velocidad tres veces más.

McGeehan utilizó un dispositivo que genera rayos X 10 mil millones de veces más brillantes que el Sol para poder ver átomos individuales, y mapear la estructura molecular de MHETase. Luego, los investigadores pudieron diseñar la nueva superenzima conectando MHETase y PETase, uniendo efectivamente el ADN de las enzimas para crear una cadena larga, dijo McGeehan a CNN.

La técnica se usa comúnmente en la industria de los biocombustibles, que usa enzimas para descomponer las células, pero McGeehan dijo que esta es la primera vez que se da cuenta de que las enzimas se combinan para descomponer el plástico.

El estudio completo fue publicado el lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de los Estados Unidos de América.

¿De qué otra manera se puede descomponer el plástico?

La contaminación plástica es uno de los problemas ambientales más urgentes.

Un informe reciente de The Pew Charitable Trusts proyectó que el volumen de plástico que ingresa al océano podría casi triplicarse a 29 millones de toneladas métricas por año para el 2040, el equivalente a 50 kilogramos por cada metro de la costa del planeta.

También dijo que no había "una solución única", pero que una estrategia de reciclaje ambiciosa podría reducir entre un 31% y un 45% de la contaminación plástica.

En abril, la firma francesa Carbios anunció la publicación de un estudio sobre su propia enzima que come plástico PET, que se probará en una planta de demostración cerca de la ciudad de Lyon en 2021, según un comunicado de prensa de la compañía.

Otras posibles soluciones incluyen el diminuto gusano de la cera, que puede masticar plástico, incluso polietileno, un plástico común y no biodegradable que actualmente obstruye los vertederos y los mares, gracias a sus bacterias intestinales.

La etapa larvaria del escarabajo del gusano de la harina, también podrían contribuir. Alrededor de 3.000 a 4.000 gusanos de la harina pueden descomponer una taza de café de espuma de poliestireno en aproximadamente una semana gracias a las bacterias que viven en sus intestinos.

El Sierra Club aplaude esfuerzos científicos experimentales como estos, que ayudarán a combatir la contaminación por plásticos del planeta que ya ha llegado a niveles aterradores, irrumpiendo incluso hasta en la cadena alimenticia de muchos seres vivos.