La esterilización forzada, una herramienta de violencia, opresión y supremacía blanca / Forced Sterilization, a Tool of Violence, Oppression, and White Supremacy

Traducido al español por Isa Traverso del artículo original publicado en el Sierra Club.

Como mujer, como Latinx, como madre y como ser humano me duele en el alma leer las palabras a continuación, escritas por A. Tianna Scozzaro, Directora del Programa de Equidad de Género y Medio Ambiente del Sierra Club:

Los derechos reproductivos son derechos humanos y nuestros derechos reproductivos permanecen bajo un ataque coordinado por parte de los gobiernos locales, estatales y federales. 

Esta semana, Dawn Wooten, una heroica enfermera que trabajaba en el Centro de Detención del Condado de Irwin del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Georgia, dio a conocer las atroces histerectomías no consensuales realizadas a mujeres inmigrantes detenidas bajo la custodia de ICE. La esterilización forzada es a la vez una abrumadora violación de los derechos humanos y un acto de violencia sancionado por el estado como un delito atroz de Lesa Humanidad.

Enfrentemos los hechos: la esterilización forzada es una herramienta de opresión y supremacía blanca. Estados Unidos tiene una larga y vergonzosa historia de oprimir los cuerpos de las mujeres, impulsada por el prejuicio y el patriarcado, que afecta en gran medida a las mujeres Negras, Indígenas, Latinas, pobres, y las que viven con discapacidades y enfermeddes mentales.

Se estima que 70.000 mujeres fueron esterilizadas sin consentimiento durante la primera mitad del siglo XX para deshumanizarnos y ejercer control sobre nuestros cuerpos, reprimiendo la libertad reproductiva, la elección y los derechos humanos fundamentales.

Esta historia de la eugenesia “limpieza de raza” tiene una relación profundamente preocupante con el movimiento ambiental. La raza, las ideologías de limpieza de la raza y el "orden natural" fueron características y valores muy problemáticos del comienzo del movimiento medioambiental y del Sierra Club. 

Varios de los primeros miembros del Sierra Club, incluidos Joseph LeConte y David Starr Jordan, fueron vocales defensores de la supremacía blanca y las ideologías de limpieza de la raza, y a medida que continuamos reconociendo el lado más oscuro de nuestro legado, es importante que mencionemos las formas en que la raza y la política han dado forma al poder institucional, la cultura y el movimiento ambiental.

Estos valores dañinos persisten dentro del actual movimiento de control de la población, utilizando argumentos falsos que atribuyen la culpa del cambio climático a las capacidades reproductivas de las personas, especialmente de las mujeres. Rechazamos estos valores yel pasado histórico. Creemos que los derechos humanos, incluida la justicia reproductiva y los derechos de los inmigrantes, son inseparables de la justicia ambiental. Toda persona tiene derecho a tener hijos, si lo desea y a criarlos en un entorno seguro, sin importar cuánto tiempo hayan estado en este país o de dónde provengan.

Nuestra autonomía corporal no está en discusión y, sin embargo, durante los últimos tres años, Donald Trump solo ha intensificado sus esfuerzos para oprimir y controlar los cuerpos de las mujeres Negras y Latinas. Desde su cruzada anti inmigrante, su respuesta negligente a una pandemia global y el reciente rechazo de la capacitación en equidad en su propia administración, ha alimentado activamente el odio y la supremacía blanca durante su tiempo en el cargo.

El Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional debe investigar estos reclamos de manera inmediata y exhaustiva y responsabilizar a las personas y los centros de detención. La historia no es de un médico o un centro de detención; es de un sistema de racismo, misoginia, desigualdad y discriminación. 

El trauma sistémico y cíclico que resulta de la vigilancia constante y el asalto contra nuestros cuerpos y mentes debe llegar a su fin, por el bien de nuestro futuro y por el futuro de nuestra humanidad colectiva. Estamos agradecidos por la incansable defensa y liderazgo de grupos locales como Georgia Detention Watch, Project South, SisterSong, Georgia Latino Alliance for Human Rights y South Georgia Immigrant Support Network, así como la valentía de la enfermera Dawn Wooten. El movimiento ambiental debe centrar la justicia reproductiva e inmigrante para poder realizar plenamente nuestro poder colectivo y lograr nuestras metas.

El Sierra Club agradece la labor de todo aquel que alza su voz para proteger los derechos humanos.