Homo Sapiens? Demostrémoslo/Homo Sapiens? Let's Prove It

Si esta electrolinera fuera lo primero que viera un extraterrestre al llegar a nuestro planeta, diría, “Esta es una especie inteligente. Usa su estrella para sus necesidades energéticas”.

La instalación, la primera de su género en España, lamentablemente es excepcional. El extraterrestre pronto se daría cuenta de que el ser humano sigue adicto a los combustibles sucios que destruyen la atmósfera y matan a millones de personas en todo el mundo.

Solo tendría que leer el más reciente reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) de la ONU para confirmar que la Tierra confronta una emergencia planetaria sin precedentes.

En esta ocasión, el reporte, llamado Segunda Sección del Sexto Informe de Evaluación, deja atrás palabras conciliatorias: “El aumento de los extremos climáticos ha causado impactos irreversibles, mientras que sistemas naturales y humanos se ven presionados más allá de su capacidad de adaptación”.

Debido a la superconcentración de contaminación climática en la atmósfera, estos impactos incluyen el agravamiento de inundaciones en las costas del planeta, devastadoras sequías y olas de calor que impactarán la producción agrícola, enfermedades infecciosas, y la escasez de agua y alimentos. Los que más sufrirán estas consecuencias, agrega, seguirán siendo las comunidades y países que menos han contribuido a la crisis climática, como nosotros los latinos en Estados Unidos y América Latina.

“El reporte del PICC es un atlas de sufrimiento humano y una acusación condenatoria del fracasado liderazgo climático”, concluyó António Guterres, secretario general de la ONU, advirtiendo que “el retraso significa muerte”.

¿Quién causa este letal retraso? Principalmente, la industria de energía sucia, la cual ha conocido los terribles efectos de sus productos en la biosfera durante más de 40 años. Desde entonces, ha invertido cientos de millones de dólares en ignorar y desprestigiar la ciencia climática y las soluciones a esta lacra planetaria.

Un nuevo estudio de PLOS ONE, revela que las cuatro mayores petroleras del mundo —Chevron, ExxonMobil, BP y Shell— en medio de una avalancha de ganancias, incumplen sistemáticamente sus promesas de reducir sus emisiones e invertir en energía renovable. Los investigadores concluyen que entre 2010 y 2018, estas petroleras invirtieron menos de un 1% de su capital en tecnología de bajo carbono, al tiempo que incrementan su producción.

El retraso no es exclusivo de las petroleras. Otro estudio publicado por el Washington Post concluye que algunas de las corporaciones más relevantes de Estados Unidos —como Walmart, Amazon, AT&T y Citigroup— donan millones de dólares a políticos cuya prioridad es proteger los intereses de la industria de energía sucia.

No obstante, pese a la gravedad de la crisis climática, el reporte del PICC insiste en que todavía estamos a tiempo de evitar sus peores consecuencias, porque las soluciones ya están disponibles.

La energía renovable es la más barata del mundo. En una década, el costo de proyectos solares ha descendido casi un 90%. En 2020, el 62% de los proyectos de energía limpia y renovable fue más barato que el más barato de los combustibles sucios. Gracias a la energía limpia instalada solo en 2020, las economías emergentes ahorrarán casi $160.000 millones.

Aquí en Estados Unidos, el Congreso Federal tiene una oportunidad histórica para aprobar con premura una audaz serie de inversiones climáticas y sociales. Ya existe un amplio apoyo parlamentario y popular para esta crucial iniciativa que abordará el encarecimiento de la vida, reducirá amenazas a la salud pública y creará un futuro vivible basado en el crecimiento de la economía de energía limpia.

Este futuro depende de que nuestra especie merezca llamarse Homo sapiens.

(English)

Homo Sapiens? Let’s Prove it

If this solar charging station were the first thing an extraterrestrial saw on our planet, it would say: “This is an intelligent species. They tap their star for their energy needs.”

The station, the first of its type in Spain, unfortunately is exceptional. Soon, the extraterrestrial would soon realize humans are addicted to dirty fuels that destroy our atmosphere and kill millions across the planet.

It would only have to read the most recent report by the UN Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) to confirm that the Earth faces an unprecedented planetary emergency.

On this occasion, the report—known as Sixth Assessment Report 6 Working Group 2 (WG II)—doesn’t mince words: “The rise in weather and climate extremes has led to some irreversible impacts as natural and human systems are pushed beyond their ability to adapt.”

Due to the super concentration of climate pollution in the atmosphere, these impacts include the worsening of flooding for the planet’s coasts, devastating droughts and heat waves that will affect agricultural output, infectious diseases, and shortages of water and food. The ones who will continue suffering these consequences the most are the communities and countries that have contributed the least to the climate crisis, such as Latinos in the US and Latin America as a whole.

“The IPCC report is an atlas of human suffering and a damning indictment of failed climate leadership,” said UN Secretary General António Guterres, warning that “delay means death.”

Who causes this delay? Mostly, the dirty energy industry, which for more than 40 years has known the terrible effects of its products in the biosphere. Ever since then, it has invested hundreds of millions of dollars in ignoring and attacking the science and the solutions to tackle the climate crisis.

A new report by PLOS ONE, reveals that the world’s four largest oil companies—Chevron, ExxonMobil, BP and Shell—while swimming in profits, systematically fail to keep their promises to reduce emissions and invest in renewable energy. Researchers found that between 2010 and 2018, these companies dedicated less than 1% of their capital investment into low-carbon technology, while increasing their production.

Others also contribute to this delay. A study published by the Washington Post found that some of the country’s best-known corporations—such as Walmart, Amazon, AT&T and Citigroup—contribute millions of dollars that benefit politicians whose priority is to protect the interest of the dirty energy industry.

Nevertheless, and in spite of the severity of the climate crisis, the IPCC report emphasizes that we still have time to avoid its worst consequences because the solutions are already at our fingertips.

Renewable energy is by far the world’s cheapest. In a decade, the cost of utility solar has dropped by almost 90 percent. Sixty-two percent of the clean and renewable energy installed in 2020 was cheaper than the cheapest of dirty energy projects. Thanks to the clean energy installed in that same year, emerging economies will save $160 billion.

Here in the US, Congress has a generational opportunity to pass bold climate and social investments. There is ample both congressional and popular support for this historic initiative to address rising costs, reduce threats to our health, and create a livable future powered by the burgeoning clean energy economy.

This future depends on humanity to demonstrate indeed we are a wise species.