Las tiendas ya no podrán vender luces incandescentes/Stores Will No Longer Sell Incandescent Lights

Adaptado al español por Gretchen Fournier del artículo de Hiroko Tabuchi publicado en thenewyorktimes.com

Es el fin de una era. En Estados Unidos, la luz incandescente dejará de existir (con algunas excepciones).

Según las nuevas reglas de eficiencia energética que entraron en vigencia en días recientes, los consumidores en los Estados Unidos ya no podrán comprar la mayoría de las bombillas incandescentes, lo que marca la desaparición de una tecnología patentada por Thomas Alva Edison a finales del siglo XIX.

En su lugar estarán las luces LED, que, se amen o se odien, ya han transformado el panorama energético del país.

Las mismas han reducido la demanda de electricidad en los hogares estadounidenses, ahorrando dinero a las personas. Y al usar menos energía, las LED también han ayudado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, producidas por los Estados Unidos, que calientan el planeta y son una de las principales causas del cambio climático. 

El nuevo estándar de eficiencia, anunciado por la administración Biden, requiere que las bombillas cumplan con un estándar mínimo de producción de 45 lúmenes por vatio (un lumen es una medida de brillo, y las bombillas incandescentes normalmente producen mucho menos que eso por vatio). 

Ninguna regla es una prohibición explícita de las bombillas incandescentes. Y algunos tipos  de bombillas incandescentes especializadas, como las que van dentro de los hornos y las luces para atraer insectos, están exentas. Pero la mayoría, si no todas, las demás luces incandescentes tendrán dificultades para cumplir con los nuevos estándares de eficiencia, y lo mismo ocurre con una generación más reciente de luces halógenas.

Con las nuevas reglas vigentes, el Departamento de Energía espera que los estadounidenses ahorren colectivamente casi $3 mil millones al año en sus facturas de servicios públicos. En el pasado, una desventaja de las bombillas LED era que eran más caras de comprar, pero los precios han caído rápidamente hasta casi estar a la par con las incandescentes.

La reducción de costos podría tener un impacto positivo particularmente en los hogares de bajos recursos, que generalmente gastan una mayor proporción de sus ingresos en servicios de agua y energía. La investigación ha demostrado que los minoristas en los vecindarios más pobres, también han estado entre los más lentos en eliminar gradualmente las bombillas que consumen mucha energía.

Durante las próximas tres décadas, estas reglas también reducirán las emisiones de dióxido de carbono en 222 millones de toneladas métricas, dijo el Departamento de Energía, que comparó con las emisiones de 28 millones de hogares en un año.

Las LED tienen otras ventajas. Los consumidores pueden esperar menos para correr a la tienda en busca de nuevas bombillas o subir escaleras para reemplazarlas: las bombillas de luz LED duran de 25 a 50 veces más que sus contrapartes incandescentes.

Las nuevas regulaciones podrían pasar desapercibidas. Durante el año pasado, la mayoría de los minoristas retiraron las bombillas ineficientes de sus estantes anticipándose a la regla, dijo Andrew deLaski, director ejecutivo de Appliance Standards Awareness Project, que aboga por las reglas de eficiencia de los electrodomésticos.

“No creo que la mayoría de la gente se haya dado cuenta”, dijo.

El cambio de las bombillas incandescentes tradicionales a las luces LED pone fin a un debate político. El Congreso estableció los primeros estándares nacionales de eficiencia de bombillas en 2007, que fueron promulgados por el presidente George W. Bush. A partir de 2012, la ley exigía que las bombillas nuevas usaran un 28 por ciento menos de energía que las luces incandescentes existentes, lo que marcó el comienzo del fin de los diseños más antiguos.

“El gobierno no tiene por qué decirle a una persona qué tipo de bombilla comprar”, dijo la representante Michele Bachmann, republicana de Minnesota, en 2012, al presentar la “Ley de libertad de elección de bombillas” para derogar el requisito federal.

Esos intentos fracasaron. Pero la administración Trump detuvo temporalmente una segunda fase de las reglas de eficiencia de iluminación de 2007, que estaba programada para entrar en vigencia en 2020.

Al bloquear esas reglas, una de las más de 100 normativas relacionadas con el medio ambiente revertidas durante la presidencia de Trump, éste pareció prestar atención a las preocupaciones de los fabricantes, cuyo grupo comercial argumentó que una prohibición interrumpiría el comercio minorista. La Asociación Nacional de Fabricantes Eléctricos también argumentó que la gente ya estaba haciendo el cambio.

Según las estadísticas de la National Electrical Manufacturers Association NEMA (por sus siglas en inglés) alrededor del 20 por ciento de las ventas de bombillas fueron incandescentes a partir del primer trimestre de 2022. La asociación no respondió a una solicitud de comentarios.

Europa está un paso adelante, ya que eliminó las luces incandescentes en 2012. En 2021, la Unión Europea dijo que también desde el mes próximo prohibiría todas las luces fluorescentes. Los grupos y expertos ambientales han presionado durante mucho tiempo para que se eliminen, ya que son menos eficientes que las luces LED y también contienen mercurio, un metal tóxico.

En los Estados Unidos, las luces fluorescentes compactas y las bombillas formadas por un remolino de tubos fluorescentes, cumplen con las nuevas reglas de eficiencia. Sin embargo, todavía se venden pocas, y los estándares de eficiencia propuestos, pero aún no promulgados, por la administración Biden, pronto también podrían prohibirlas.

En el Sierra Club estamos esperanzados con las gestiones de la administración Biden de crear parámetros comerciales que benefician a nuestro planeta. Cada gestión eco amigable que se hace es un paso en la dirección correcta.


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