Nuevo Estudio Muestra el Racismo Ambiental y el Impacto de la Contaminación en la Salud de Minorías


Planta carbonera de Homer City, PA (Foto: J. Sierra)


Washington, DC — Un nuevo estudio de científicos de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) publicado en el American Journal of Public Health reveló que las fuentes de materia particulada, como el hollín, impactan desproporcionadamente a comunidades de bajos ingresos y minoritarias. El estudio confirma una vez más que continúa la historia de deplorable racismo ambiental e injusticia económica con respecto a la contaminación del aire en Estados Unidos.

 

En el reporte, el racismo histórico y la inequidad económica se citan como factores cruciales en el emplazamiento y desarrollo de las instalaciones emisoras de materia particulada responsables de los desproporcionados impactos en la salud pública. El propósito del estudio es evaluar la localización de las instalaciones que emiten contaminación de materia particulada y las características de las comunidades aledañas (ingresos, raza, índices de pobreza, etc.) más impactadas por dicha contaminación. Inhalar materia particulada puede tener un impacto devastador en la salud, incluyendo severos ataques de asma, ataques cardíacos y muerte prematura.

 

Tras evaluar los factores nacionales de riesgo de la contaminación de materia particulada y las características de las comunidades expuestas a este contaminante, el estudio develó que las que viven bajo el nivel de pobreza sufren un 35% más los efectos en la salud que la población en general. Los no blancos tienen un 28% más de probabilidades de sufrir estas consecuencias que los blancos no hispanos.

 

Como respuesta, la directora del programa de justicia ambiental del Sierra Club, Leslie Fields, emitió la siguiente declaración:

 

“Es una vergüenza que las comunidades más vulnerables de nuestro país tengan que soportar la peor contaminación del aire y sus efectos en la salud mientras que el administrador de la EPA vuela por todo el país en primera clase para reunirse y confraternizar con los multimillonarios de los combustible fósiles responsables de esta contaminación. Este informe ilustra cómo las comunidades minoritarias y las personas de recursos humildes han sufrido los vergonzosos abusos de los contaminadores a quienes no les importa la miseria que ocasionan.

 

“Y aún peor. La administración Trump incluso ha propuesto clausurar la oficina de justicia ambiental de la EPA y acabar con los programas que permiten a las comunidades expresar sus opiniones sobre cómo se deben implementar regulaciones concernientes a la limpieza del aire y la energía limpia, lo cual elimina herramientas claves para acabar con las disparidades que resalta el reporte. Esta administración debería estar avergonzada del nivel de abandono a estas personas y tiene que hacer más para protegerlos de los codiciosos multimillonarios de la industria de combustibles fósiles.”

 

El director ejecutivo del Sierra Club, Michael Brune, emitió la siguiente declaración:  

 

“Este reporte nos da una clara idea de la devastadora realidad de la injusticia ambiental y racismo en nuestro país. Es inaceptable que las comunidades minoritarias y las de bajos ingresos tengan que confrontar el impacto a la salud y la supervivencia debido a la contaminación de los combustibles fósiles. Aunque el status quo ya es terrible de por sí, la administración Trump trabaja hombro con hombro con contaminadores corporativos para acabar con muchas de las salvaguardas que protegen a familias, agravando aún más esta peligrosa situación.

 

“Este informe debería ser una llamada de atención que exija a los políticos que actúen para evitar que las comunidades más vulnerables sufran las peores consecuencias a manos de los contaminadores. Pero lo probable es que la administración Trump siga dormida durante esta alarma".

 

(English)

 

New Study Shows Environmental Racism and Economic Injustice in Health Burdens of Particulate Pollution in U.S.

 

WASHINGTON, D.C. - A new study by scientists from the Environmental Protection Agency (EPA) published today in the American Journal of Public Health found that facilities emitting dangerous particulate air pollution -- like soot -- disproportionately impact low-income communities and communities of color - demonstrating that the reprehensible history of economic injustice and environmental racism regarding air pollution continues in the United States.

 

In the report, historic racism and economic inequality were cited as major factors in the siting and development of facilities emitting particulate pollution for the disproportionate health impacts. The report’s goal is to evaluate the location of particulate matter emitting facilities and the characteristics of surrounding communities (income level, race, poverty rates, etc) most impacted by their pollution. Inhaling particulate matter can have a devastating impact on human health, including causing severe asthma attacks, heart attacks, and premature death.

 

After assessing particulate matter emissions from facilities in a nationwide study -- and the characteristics of the communities at the highest risk of health consequences due to exposure to it -- the study found that communities living below the poverty line have a 35 percent higher burden from particulate matter emissions than the overall population. Non-whites had a 28 percent higher health burden than the overall population.

 

In response, Leslie Fields, Director of Sierra Club’s Environmental Justice Program, released the following statement:

 

“It’s a travesty that the most vulnerable communities in our country must endure the worst air pollution and its health effects while Trump’s EPA administrator jets around the country in a first class seat, meeting with and encouraging the fossil fuel billionaires responsible for that pollution. This report illustrates how people of color and people with limited means have been grossly taken advantage of by polluters who don’t care about the misery they cause.

 

“To make matters worse, the Trump administration has even proposed to shutter the EPA’s environmental justice office and end programs that allow for communities to have input on how key clean air and clean energy policies are implemented - taking away vital tools to fixing the health disparities outlined in the report. This administration should be ashamed of this level of neglect toward people who need justice and must do more to protect them from greedy fossil fuel billionaires.”

 

Sierra Club Executive Director Michael Brune released the following statement:

 

“This report paints a clear picture of the devastating reality of environmental injustice and racism in our country. It is unacceptable that communities of color and low income communities must disproportionately face the sickening and life-threatening consequences of fossil fuel pollution. The status quo is clearly bad enough, yet the Trump administration is working hand-in-hand with corporate polluters to roll back many of the safeguards that could protect families, making a dangerous situation much, much worse.

 

“This report should be the wake up call that demands politicians act to ensure no community is left to suffer the worst consequences at the hands of corporate polluters, but the Trump Administration is likely to sleep through the alarm.