Adaptación al Español por Fabián Capecchi sobre el artículo original de Alison Stine publicado en NP
"Todo lo que les importa es la cosecha", dijo Gracida Daleyza, una trabajadora agrícola y madre de dos niños pequeños con discapacidades, en una entrevista con Lookout Santa Cruz. Daleyza hablaba sobre los empleadores en su trabajo de recolección de fresas, un trabajo estacional que puede implicar bajos salarios y largas jornadas en medio de un calor agobiante y otras difíciles condiciones físicas.
El trabajo agrícola en los Estados Unidos es cada vez más peligroso, intensificado por los impactos del cambio climático: temperaturas extremas, incendios forestales y contaminación del aire.
Después de mudarse al Valle de San Joaquín en California, el trabajador lechero José Federico Sierra vio empeorar su asma; su hermana Antonia Sierra Martínez, una trabajadora de salud comunitaria, también desarrolló asma. Como informó la emisora de radio KQED sobre el trabajo de Sierra, ya sea por la neblina de los incendios forestales o el aire contaminado, "no importa qué... su trabajo lo mantiene al aire libre".
Sierra le dijo a KQED: "Solo tienes que ponerte una mascarilla y cuidarte lo mejor que puedas".
Pero una mascarilla no protegerá a los trabajadores de las peligrosamente altas temperaturas, una amenaza que sigue aumentando a medida que el cambio climático va calentando el planeta. Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, la exposición al calor ambiental causó la muerte de un promedio de 43 trabajadores agrícolas por año entre 2011 y 2021.
La red de televisión pública de los Estados Unidos PBS (según sus siglas en inglés) describió las muertes debido al calor como "históricamente difíciles de rastrear". Cada estado maneja las muertes por calor de manera diferente; no existen estándares nacionales para informar sobre ellas. Al decidir la causa de la muerte, a menudo se pasan por alto aspectos como la temperatura. "La única manera de vincular definitivamente una muerte al calor es si se registra la temperatura corporal de la persona. Y para que eso suceda, la persona debe estar viva o inmediatamente después de la muerte", según PBS. A veces, las muertes por calor se clasifican erróneamente como muertes por causas naturales.
Aquellos que trabajan al aire libre en campos, huertos, ranchos y granjas, también enfrentan peligros provenientes de los propios cultivos que cosechan y cuidan. Basándose en un informe de 2021, del Centro de Sistemas Agrícolas y Alimentarios de la Facultad de Derecho y Escuela de Posgrado de Vermont, el nuevo informe de 2023 encuentra que los trabajadores agrícolas siguen siendo vulnerables a la exposición a los pesticidas.
Se supone que las granjas deben ser inspeccionadas al azar para verificar el uso adecuado de pesticidas y las precauciones que se deben tomar, pero según el informe, las inspecciones "sorpresa" raramente son sorpresa. Muchas granjas parecen tener una cultura de "avisarse mutuamente cuando ocurren las inspecciones de rutina".
Incluso, cuando se encuentran violaciones graves relacionadas con pesticidas, las granjas rara vez enfrentan consecuencias apropiadas. Multas elevadas o riesgos para la licencia de una granja podrían ser disuasorios para ignorar el protocolo de seguridad, pero el informe rastreó una regulación federal llamada el Estándar de Protección al Trabajador (WPS, por sus siglas en inglés), descubriendo que "más de la mitad de todas las violaciones del WPS no resultan en ninguna acción de cumplimiento. La mitad de ellas solo resultan en una advertencia".
Es importante ser claro acerca de los productos químicos que se rocían en los cultivos, como parte fundamental para mantener la seguridad de los trabajadores, y tratarlos en caso de accidentes, pero algunos estados, como Florida, Illinois y Washington, no requieren que las granjas divulguen las listas de pesticidas que se han utilizado. Illinois tampoco exige que los proveedores de atención médica reporten casos sospechosos de exposición a pesticidas.
Los trabajadores agrícolas pueden entrar en contacto con los pesticidas al absorberlos a través de la piel, o al inhalarlos durante los procesos de siembra, desmalezado, riego, cosecha y procesamiento de cultivos. Los pesticidas también pueden transferirse a la ropa.
La Red de Acción de Plaguicidas informó que, "los pesticidas llevados del campo al hogar en la ropa y la piel de los padres, ponen en riesgo a los niños de los trabajadores agrícolas", exacerbando una situación ya poco saludable para las familias de los trabajadores, ya que muchos viven en o cerca de campos tratados químicamente.
Múltiples estudios han rastreado el impacto de los pesticidas en la salud de los trabajadores, sus hijos y sus familias. La exposición a los productos químicos rutinariamente utilizados en los cultivos puede dar lugar a afecciones tanto agudas como crónicas. Un estudio de 2020 relacionó la exposición a los pesticidas con "problemas neurológicos, endocrinos, psicológicos, inmunológicos, respiratorios, hematológicos, cutáneos, renales y hepáticos, así como malformaciones fetales".
"Sin lugar a dudas, los trabajadores agrícolas son esenciales para nuestro sistema alimentario".
Según informó el Centro Nacional de Salud para Trabajadores Agrícolas, el 73 por ciento de los trabajadores agrícolas nacieron fuera de los Estados Unidos, y el 69 por ciento nació en México. El estatus migratorio vulnerable de los trabajadores agrícolas puede dificultar que denuncien violaciones de pesticidas, exposiciones, o que se sientan lo suficientemente seguros para buscar tratamiento médico cuando ocurren accidentes. Como señala el nuevo informe del Centro de Sistemas Agrícolas y Alimentarios, estos trabajadores agrícolas "dependen por completo de sus empleadores, lo que significa que es muy poco probable que planteen problemas relacionados con las condiciones de trabajo por temor a la deportación".
El Sierra Club reitera el llamado a fortalecer la aplicación de las leyes para garantizar que los trabajadores agrícolas, por ser esenciales, reciban una protección justa y humana para su salud y seguridad.