“Zero Waste” en alimentos / Zero Waste in Foods

Escrito por Isa Traverso para el Sierra Club.

La filosofía 'zero waste' es un movimiento para evitar los plásticos y materiales de un solo uso y promover el consumo responsable de alimentos. Sebastian Simón, chef y autor del libro Cocina Zero Waste (Oberon, 2020), lo resume así: "no es más sostenible el que más recicla, sino el que menos basura genera". Hay productos fáciles de elaborar en casa: caldos, granola, leche de almendras, yogur, mermeladas, salsas, panes caseros, etc. Tampoco hay que olvidarse de los tallos del perejil o del cilantro, que además tienen mucho más aroma. 

En estos tiempos no hay nada como resolver desde casa el tema de la alimentación, así evitamos exponernos al Covid-19 en supermercados. En la columna de Ms. Green en la revista Sierra una lectora preguntó, cuáles verduras o hierbas son fáciles para sembrar en casa y si existe manera de utilizar los residuos de las frutas y vegetales. 

El ajo, el cebollín, la lechuga y el apio son tres de los alimentos más fáciles de cultivar a partir de restos de comida, respondió Ms. Green. Si tienes un ajo brotando tallos verdes, planta el diente (no toda la cabeza), sin pelar y con los brotes hacia arriba, a dos pulgadas de profundidad y de cuatro a seis pulgadas de distancia en una maceta de tierra. Colócalos en un lugar soleado y mantén la tierra húmeda. Corta los brotes y cómetelos que tienen un sabor parecido al del ajo. Las hierbas como el romero, la albahaca, la salvia, menta o el orégano se pueden cortar fácilmente para hacer nuevas plantas. Las flores ornamentales como verbenas y geranios que proporcionan alimento a mariposas, pájaros e insectos benéficos también se pueden propagar con esquejes.

¿No tienes tierra? ¡Lechuga y apio! Córtalos a siete centímetros de la raíz. Pon el fondo en una pulgada de agua y colócalo bajo una luz indirecta. Cambia el agua cada ciertos días. Corta los tallos nuevos y disfrútalos. Puedes usar las partes podridas como abono o para hacer una composta. Y a la hora de comprar fertilizante, que sea vegano, lo que significa que no tiene sangre ni huesos de animales. 

Protege tus plantas

En Instagram, la experta en plantas, @Heybelina compartió un tip de cómo hacer un pesticida natural ya que estamos hablando de frutos y hierbas que puedes sembrar en casa, y sabemos que las plagas aparecen dondequiera. Ella recomienda revisar a diario las hojas de tus plantas. Para el fungicida/pesticida necesitas:

Aceite de nim 100% puro, jabón suave, un recipiente de 1/2 o 1 galón, y una botella de spray vacía. La medida es 1 cucharada por cada medio galón de agua.  Llena el recipiente casi hasta arriba y aplica la medida de 1 cucharada del aceite de nim, 1 cucharada de jabón, y mezclas bien. El aceite sube a la parte de arriba del recipiente, y eso es normal. Mézclalo bien y transfiere la cantidad que quieras a la botella de spray, y así, naturalmente, te deshaces de esas bacterias que perjudican a tus plantas. Si reaparecen las plagas, repite esto a los 7 días. Recuerda no poner las matas al sol si les pones aceite porque las hojas se queman.

Cómo guardar semillas

Reúne las cabezas de semillas o las vainas en bolsas de papel y ponlas en un lugar oscuro y seco (como un garaje) durante unos 10 días.

Una vez que creas que están listas, haz la prueba de aplastamiento: golpea una semilla con un martillo. Si su cáscara se rompe, la semilla está suficientemente seca. Si no es así, la semilla está demasiado húmeda y puede enmohecerse durante el almacenamiento.

Sella las semillas secas en un envase o Tupperware.

¡Etiqueta tu recipiente con el tipo de semilla y la fecha! Esta información es crucial para el intercambio de semillas, ya que muchas semillas parecen idénticas.

Comparte tus semillas con vecinos y amigos. (Las semillas pueden durar dos años).

Mermeladas, jaleas y chutneys

Novella Carpenter compartió en la revista Sierra una técnica para los que hacen mermeladas, jaleas, chutneys, frutas en almíbar y otras delicias caseras

Vierte el contenido de tu mezcla en frascos calientes, enrosca las tapas, luego colócalos en una olla grande con agua hirviendo, sumergiendo los frascos para que queden cubiertos con dos pulgadas de agua (baño de María). Déjalos durante el tiempo adecuado (consulta el Centro Nacional para la Conservación de Alimentos en el Hogar), saca los frascos del baño de agua con pinzas y déjalos reposar. A medida que los frascos se enfríen, las tapas se sellarán, haciendo un ruido. Recuerda etiquetarlos y fecharlos, y regala algunos a tus vecinos y amistades cuando te inviten un cafecito