Thrive Act: un movimiento imparable que redefinirá el futuro /An unstoppable movement that will redefine the future

Hay una frase popular que dice que cuando el río suena, es porque piedras trae. Y es exactamente lo que viene ocurriendo con el llamado movimiento Thrive, que busca fortalecer un poderoso músculo humano a fin de apoyar y presionar al gobierno de Biden para que sea aprobado un gran proyecto de infraestructura que logre sacarnos del estancamiento y redefina a la nación hacia un país más justo, inclusivo y consciente de la importancia del valor del medio ambiente.  

Los problemas que enfrenta este país son muy graves y serios. La pandemia nos ha aislado socialmente, pero también nos ha dado tiempo para pensar que la realidad que vivimos debe cambiar, puede y debe ser mejor. Tenemos la oportunidad de redefinir nuestro rol en la sociedad y en la economía, y para eso hace falta implementar un plan, en un contexto donde el desarrollo no signifique destruir el medio ambiente y comprometer el futuro de las generaciones venideras.

De eso se trata el Thrive Act, un audaz plan de infraestructura verde propuesto por varios legisladores capaz de crear 15 millones de empleos bien pagados y protegidos, reducir drásticamente la contaminación climática a la mitad para el 2030 y promover la justicia en una sociedad con mayores oportunidades para todos.

La Ley Thrive proporcionaría $10 mil millones para cubrir gastos en infraestructura federal durante la próxima década. Proyectos como: inversiones masivas en energía renovable, inversiones en una red eléctrica confiable, el reemplazo de todas las tuberías de plomo o corroídas del país, la construcción de una red de transporte público ecológico accesible a todos y más eficiente, entre otras cosas. Todo esto generaría 5 millones de nuevos empleos bien pagados y protegidos, edificios con cero emisiones y el desarrollo económico en algunas de las partes más contaminadas del país. El proyecto de ley establecería un marco general para destinar al menos $1,000 millones por año durante la próxima década a estos proyectos, lo cual ayudaría a reducir rápidamente la dependencia de los Estados Unidos hacia los combustibles fósiles y sustituirlos por energía 100% limpia.  

Este proyecto presenta una visión expansiva de cómo reducir a la mitad las emisiones de la nación y equilibrar las brechas raciales y regionales en riqueza y salud, temas que han reanimado el debate sobre la financiación de carreteras y ferrocarriles con la energía de un movimiento de derechos civiles.

El proyecto de ley establecería una meta de 100% de electricidad limpia para el 2035, cero emisiones de nuevos edificios para el 2025, ampliaría las opciones de transporte público limpio a la mayoría de los estadounidenses para el 2030, y obligaría al Congreso a dirigir gran parte de su gasto hacia esos objetivos.

Dado que los republicanos tienen buenas posibilidades de reclamar una o ambas cámaras del Congreso en las elecciones de mitad de período de 2022, es necesario un paquete que consagre las inversiones más allá de los primeros dos años de Biden. Ya de por sí es un desafío lograr que este popular plan sea aprobado incluso teniendo el control del Congreso y la Casa Blanca.

"Esta es una oportunidad única en una generación, y puede que no haya oportunidad de volver a intentarlo en dos años", dijo Kaniela Ing, directora de la campaña de justicia climática de la organización sin fines de lucro People's Action Network. "No tenemos más remedio que planificar el futuro".

Llegó el momento de romper el paradigma, sólo así podremos salir del estancamiento en el que hemos estado, e impulsarnos con fuerza hacia el futuro, pero no siguiendo el curso destructivo que llevamos, inundando el planeta de plástico, envenenando las aguas, la tierra y el aire y comprometiendo la salud de millones de personas, especialmente las más desasistidas.

Se trata de generar impulso hacia una nación más justa, con un objetivo en común, retomar la vanguardia como país y como sociedad, donde todos seamos ciudadanos de primera, desterrando para siempre el racismo y la discriminación. 

El Sierra Club respalda este inmenso y ambicioso esfuerzo que tiene entre sus objetivos ponerle freno a las industrias que contaminan el ambiente y aceleran los devastadores cambios que afectan el clima del planeta y ponen en riesgo la vida de millones de personas.